Sunday, April 29, 2007

las ciudades y los ojos

Los antiguos construyeron Valdrada a orillas de un lago, con casas todas de galerías una sobre otra y calles altas que asoman al agua parapetos de balaustres. De modo que al llegar el viajero ve dos ciudades; una directa sobre el lago y una de reflejo, invertida. No existe o sucede algo en una Valdrada que la otra Valdrada no repita, porque la ciudad fue construida de manera que cada uno de sus puntos se reflejara en su espejo, y la Valdrada del agua, abajo, contiene no sólo todas las canaladuras y relieves de las fachadas que se elevan sobre el lago, sino también el interior de las habitaciones con sus cielos rasos y sus pavimentos, las perspectivas de sus corredores, los espejos de sus armarios.
Los habitantes de Valdrada saben que todos sus actos son a la vez ese acto y su imagen especular que posee la especial dignidad de las imágenes, y esta conciencia les prohíbe abandonarse ni un solo instante al azar y al olvido. Cuando los amantes mudan de posición los cuerpos desnudos piel contra piel buscando cómo ponerse para sacar más placer el uno del otro, cuando los asesinos empujan el cuchillo contra las venas negras del cuello y cuanta más sangre brumosa sale a borbotones, más hunden el filo que restaba entre los tendones, incluso entonces no es tanto el acoplarse o matarse lo que importa como el acoplarse o matarse de las imágenes límpidas y frías en el espejo.
El espejo acrecienta unas veces el valor de las cosas, otras lo niega. No todo lo que parece valer fuera del espejo resiste cuando se refleja. Las dos ciudades gemelas no son iguales, porque nada de lo que existe o sucede en Valdrada es simétrico; a cada rostro y gesto responden desde el espejo un rostro o gesto invertido punto por punto. Las dos Valdradas viven la una para la otra, mirándose constantemente a los ojos, pero no se aman.

Italo Calvino "Las ciudades invisibles"
Foto: Eugene Atget

Saturday, April 28, 2007

Tras un largo periodo de silencio...

(...) Donald Wall: Un pequeño inciso. Duchamp dijo una vez que un artista de talla hace quizá una o dos declaraciones importantes en toda su vida, y que lo demás es relleno, algo que hay que hacer simplemente para ocupar el tiempo: basura, de hecho. ¿Cómo ve usted estas afirmaciones?
GORDON MATTA-CLARK: Duchamp era un gran estratega. Siendo un ser humano perfectamente educado y racional, sabía definir su problema con unos pocos gestos discretos y bien dirigidos. Yo veo el proceso de mi trabajo como algo mucho más difuso. En general no sé cómo será la obra siguiente. Trabajo algo así como buscan trufas los gourmets. Quiero decir, una trufa es una cosa fantástica enterrada en algún punto del suelo. Muy carnosa, estimada como una exquisitez. Así que lo que yo intento encontrar es el meollo subterráneo. A veces lo encuentro. A veces no. De hecho, el área siguiente que me interesa es una expedición al subsuelo: una búsqueda de los espacios olvidados que quedan sepultados bajo la ciudad, ya sea como reserva histórica o como recordatorios supervivientes en proyectos y fantasías perdidos, como el famoso Ferrocarril Fantasma. Esta actividad sería sacar el arte de la galería y meterlo en las alcantarillas....
Fragmento de la entrevista con Donald Wall, Arts Magazine, mayo de 1976.